I. INTRODUCCIÓN.
Desde hace varios años, los expertos afirman que estamos entrando en un período de cambios profundos, englobados en la denominada "Revolución de la información", "Revolución Digital" o más genéricamente "Sociedad de la Información" y que ésta va a modificar las formas actuales de organización del trabajo al igual que la Revolución Industrial lo hizo en los siglos XVIII y XIX. No solamente va a cambiar la forma en que vamos a realizar el trabajo, sino igualmente cuál va a ser ese trabajo y dónde vamos a hacerlo. De hecho, todo hace pensar que la "Sociedad de la Información" va a invertir las tendencias de la Revolución Industrial en lo que se refiere a la localización del trabajo.
Hasta el comienzo de la Revolución Industrial, la mayoría de la población vivía y desarrollaba su actividad en áreas rurales. Los cambios en la organización del trabajo derivados del desarrollo fabril supusieron la migración del campo a la ciudad para vivir cerca del nuevo lugar de trabajo. Pero en la "Sociedad de la Información", la mayoría de las tareas no estarán relacionadas con objetos físicos sino con el procesamiento de información, lo que supone que los trabajadores no estarán obligados a desplazarse a la fábrica o a la empresa para desempeñar su actividad profesional. Esto será posible gracias a las modernas redes de telecomunicación que permitirán transmitir esa información al lugar donde el trabajador quiera realizar su actividad profesional.
En el presente trabajo se analizan la definición, las características, y las ventajas e inconvenientes de esta nueva forma de trabajar, denominada teletrabajo. Se estudian aspectos importantes del mismo, tanto desde el punto de vista del trabajador como del empresario; se comentan las posibles incidencias que podría tener en el mercado laboral; y se describen varias experiencias llevadas a cabo en países de nuestro entorno. Finalmente, se recogen a modo de resumen las conclusiones alcanzadas tras la elaboración del mismo.
II. DEFINICIÓN DE TELETRABAJO.
Definir el teletrabajo no es tarea fácil. Etimológicamente el término Teletrabajo supone la unión entre telou (griego) y tripaliare (latín), que significan lejos y trabajar respectivamente. La palabra implica por tanto trabajo a distancia, pero eso no es, evidentemente, todo.
La dificultad estriba en la falta de una definición generalmente aceptada. Por un lado, la palabra es utilizada con significados ligeramente diferentes y por otro, términos con significados muy similares al de teletrabajo son de uso común. Así, si se examina la literatura sobre el tema se puede comprobar que, además de teletrabajo, se utilizan habitualmente otros términos como teledesplazamiento (telecommuting), trabajo en red (networking), trabajo a distancia (remote working), trabajo flexible (flexible working), y trabajo en el domicilio (homeworking).
El término teletrabajo apareció por primera vez en los Estados Unidos en 1973 de la mano de Jack Nilles, que lo definió como "enviar el trabajo al trabajador en lugar del trabajador al trabajo". Eran los tiempos de la crisis del petróleo y lo que se pretendía era evitar los desplazamientos para ahorrar consumo y reducir la contaminación.
En la actualidad existen multitud de definiciones diferentes, sin embargo en la mayoría de ellas aparecen tres conceptos clave: organización, localización y tecnología.
Tomando la definición de Gray, Hodson y Gordon, el teletrabajo "es una forma flexible de organización del trabajo que consiste en el desempeño de la actividad profesional sin la presencia física del trabajador en la empresa durante una parte importante de su horario laboral. Engloba una amplia gama de actividades y puede realizarse a tiempo completo o parcial. La actividad profesional en el teletrabajo implica el uso frecuente de métodos de procesamiento electrónico de información, y el uso permanente de algún medio de telecomunicación para el contacto entre el teletrabajador y la empresa".
No entran en esta definición aquellos que siempre han realizado su actividad profesional fuera de la empresa ni tampoco los que trabajan en el domicilio sólo ocasionalmente.
Están, sin embargo, comprendidos en ella:
El personal que trabaja en el domicilio (p. ej. programadores informáticos).
El personal que trabaja desde el domicilio (p. ej. agentes de ventas).
El personal que trabaja en algún centro de teletrabajo (telecentro), como las telecabañas (telecottages), centros de teletrabajo en medios rurales, y las oficinas relacionadas con ellos.
Cualquiera que sea la definición utilizada, parece claro que hay casos en los que no es evidente si constituyen o no teletrabajo. Se acepta en general que para que un empleo sea considerado teletrabajo debe suponer una nueva forma de trabajo.
Unos cuantos ejemplos pueden servir para clarificar el principio básico de esta definición.
Aquellos teletrabajadores que desarrollan la mayor parte de su actividad profesional en sus casas son considerados como teletrabajadores en el domicilio a tiempo completo. Acuden a la oficina de vez en cuando para alguna reunión o para recoger material de trabajo. Aunque estas visitas pueden ser habituales, no suelen representar más de uno o dos días por semana. En esta categoría se incluye a los programadores y analistas informáticos, empleos que han tenido un papel destacado en la bibliografía del teletrabajo. También se incluyen, por ejemplo, aquellos trabajadores que son contratados para cubrir, desde sus casas, momentos de trabajo extraordinarios en la empresa. Ese es el caso, por ejemplo, de J.C. Penney de Estados Unidos, para los pedidos de venta por catálogo o los trabajadores empleados por la London Borough de Enfield, para introducir datos en ordenadores desde sus propias casas con objeto de hacer frente a la sobrecarga de trabajo producida por cambios en los trámites para las declaraciones de los impuestos municipales.
No entran en la definición de teletrabajo los tradicionales trabajadores a destajo que solían realizar las tareas en sus casas, frecuentemente para la industria textil, ya que no usaban ni las telecomunicaciones ni la informática para el desempeño de su actividad profesional. Aunque se trataba también de trabajo a domicilio.
Existen también los teletrabajadores en el domicilio a tiempo parcial, que desarrollan su actividad profesional principalmente en una oficina pero que pasan dos o más días a la semana trabajando en el domicilio. Entre este tipo de teletrabajadores se encuentran los directivos y profesionales, que cuentan con la suficiente antigüedad laboral como para justificar los gastos adicionales que supone disponer de equipos informáticos en el domicilio y en la oficina. El baremo citado de dos días es de algún modo arbitrario, pero es necesario para poder distinguir entre los teletrabajadores a tiempo parcial y la gran cantidad de trabajadores que se llevan trabajo a casa de forma ocasional.
Los teletrabajadores móviles son aquellos que pasan la mayor parte de su tiempo fuera de la oficina, ya sea en la carretera o en las oficinas de los clientes. Normalmente se trata de agentes de ventas, técnicos o consultores. La oficina o base del teletrabajador móvil puede ser su casa, una oficina convencional o incluso un vehículo. Este tipo de trabajo puede también ser considerado como trabajo independiente de una ubicación fija.
Estos trabajadores constituyen uno de los grupos más numerosos y mejor asentados en todo el mundo, a pesar del hecho de que la mayor parte de ellos no se consideran a sí mismos como teletrabajadores. La característica distintiva de los teletrabajadores móviles es que utilizan los medios de telecomunicación y la informática. Un agente comercial que utiliza un ordenador personal para ofrecer presupuestos y recibir pedidos desde los locales de los clientes y que dispone de una radio celular para enviar inmediatamente los pedidos a la central es considerado un teletrabajador. Por el contrario, aquel representante que los lunes por la mañana recoge la lista de clientes que hay que visitar y que no vuelve a establecer contacto con la oficina hasta el viernes por la tarde para entregar los pedidos, no es considerado un teletrabajador. Obviamente, la definición dada es simplemente indicativa, y hay que aplicar el sentido común para adaptarla a cada situación.
Otro grupo identificable de teletrabajadores es el de los usuarios de centros de teletrabajo. Existen distintos tipos de centros: desde aquellos situados en las zonas rurales hasta las oficinas satélite de las empresas. Se considera una oficina satélite como un pequeño centro separado de la oficina central de la empresa y que no es autosuficiente ya que depende en muchos aspectos de ella. Los lugares de trabajo del centro de teletrabajo pueden estar asignados a un solo usuario o por el contrario pueden ser compartidos por varios en distintos turnos.
La utilización de un centro de teletrabajo es una situación intermedia entre la oficina tradicional y el trabajo a domicilio. La posibilidad de adaptación del personal al trabajo en un centro de teletrabajo es mayor que la de los que trabajan en sus propias casas. Desde el punto de vista de la gestión puede resultar más fácil organizar y supervisar a un pequeño grupo de empleados en un centro de teletrabajo que a esos mismos empleados dispersos en sus domicilios. Sin embargo, hay algunas ventajas en el trabajo a domicilio que no pueden conseguirse plenamente en un centro de teletrabajo.
Dado que el teletrabajo es fundamentalmente una forma flexible de organización laboral, hay actividades profesionales que pueden abarcar dos o más de las situaciones descritas. Por ejemplo, un consultor cuyo lugar principal de trabajo es la oficina central, puede pasar una parte importante de su tiempo en las oficinas de los clientes y para evitar interrupciones innecesarias puede también trabajar en su domicilio o en un centro de teletrabajo. Su despacho en la oficina central puede ser compartido con otros consultores, ya que ninguno de ellos está presente más de uno o dos días por semana. A este fenómeno que consiste en compartir el puesto físico de trabajo se le suele denominar despacho compartido (hot desking).
III. CARACTERÍSTICAS DISTINTIVAS DEL TELETRABAJO.
El teletrabajo producirá múltiples consecuencias en las relaciones laborales y ofrecerá unas características distintivas que lo harán muy útil en una gran variedad de tipos de trabajo y en diferentes tipos de actividades.
Naturalmente no todos los tipos de trabajo se prestan a ser desempeñados a distancia. Las modalidades más idóneas son aquellas que:
Los trabajos en equipo pueden llegar a ser realizados también por este sistema, tan pronto como las técnicas multimedia y de realidad virtual avancen y permitan que diferentes personas desde lugares remotos y de modo interactivo puedan actuar sobre una misma aplicación y modificarla en función de las opiniones particulares de cada participante.
Los trabajos que más se prestan a su realización a distancia son, precisamente, todos los relacionados con sistemas de información: programación de computadoras, tratamiento de textos, autoedición, diseño gráfico, entrada de datos, etc.
Los sectores que más facilitan este tipo de trabajo o que mejor se adaptan al mismo son, por consiguiente: la banca, los seguros, las editoriales, el diseño, y las propias empresas informáticas y de telecomunicaciones.
En cuanto a los trabajadores existen perfiles propensos al teletrabajo:
Cuáles son, entonces, las características distintivas del teletrabajo, considerando sus diversas modalidades: en casa, en los centros satélites, o en los despachos compartidos:
IV. VENTAJAS E INCONVENIENTES DEL TELETRABAJO.
Una vez vistas las características distintivas del teletrabajo, se sintetizan a continuación sus ventajas e inconvenientes, con el objetivo de centrar el impacto social que esta nueva forma de trabajo tendrá en las relaciones laborales.
Ortiz Chaparro, en un exhaustivo estudio sobre el teletrabajo, enumera de un modo riguroso la lista de ventajas e inconvenientes que, en su opinión, considera específicos del teletrabajo. El estudio lo clasifica en función de los tres puntos de vista básicos: del trabajador, de la empresa y de la sociedad.
Ventajas del teletrabajo
a) Punto de vista del trabajador:
b) Punto de vista de la empresa:
c) Punto de vista de la sociedad:
Inconvenientes del teletrabajo
a) Punto de vista del trabajador:
b) Punto de vista de la empresa:
V. LA EMPRESA Y EL EMPRESARIO. PLANTEAMIENTO DE UN PROGRAMA DE TELETRABAJO.
En este apartado se intenta identificar los pasos que la empresa y el empresario han de seguir a la hora de poner en marcha un programa de teletrabajo. La norma general es que el teletrabajo se introduzca en empresas que ya cuentan con una fuerza laboral "tradicional". En estos casos, un programa de teletrabajo puede comenzar con una pequeña prueba piloto, aunque esté previsto que a largo plazo se extienda al resto de la empresa. No obstante, algunas organizaciones son lo suficientemente atrevidas como para saltarse este período de prueba y lanzarse directamente a implantar el teletrabajo.
Las fases de las que se ha de componer el proyecto, que son igualmente válidas para cualquiera de los dos casos anteriores, son las siguientes:
1ª FASE. TRABAJOS PREVIOS.
2ª FASE. ACCIÓN DIRECTA.
3ª FASE. TELETRABAJO.
A continuación se analizan detalladamente algunas de estas fases:
a) Identificación de los objetivos y definición de los factores de éxito.
Para desarrollar un proyecto de teletrabajo es muy importante tener claro qué se espera de este tipo de proyecto. Hay muchos entusiastas del teletrabajo, sin embargo el entusiasmo no es razón suficiente para ponerlo en práctica. Debe existir una razón sólida que justifique su introducción.
El teletrabajo puede ofrecer solución a muchos de los problemas de una empresa: reduce los costes fijos en espacio de oficina; proporciona mayor flexibilidad a los modelos de organización del trabajo; mejora la productividad; amplía el área geográfica en la que seleccionar personal; posibilita mantener al personal cualificado que por razones familiares se tendría que trasladar y abandonar el puesto de trabajo en la empresa; ofrece oportunidades de trabajo a minusválidos y a personas que tienen a alguien a su cargo; ofrece una mayor satisfacción del trabajador al aumentar su calidad de vida y mejorar sus condiciones de trabajo; permite una mejora o expansión del servicio al cliente; etc.
En cualquier caso, sea cual sea el interés de la empresa en el teletrabajo, para que el programa tenga éxito el primer paso debería ser definir sus objetivos empresariales, es decir, identificar cuáles son los beneficios que se esperan obtener del teletrabajo.
Es importante también definir cómo se va a evaluar el éxito del proyecto. Seguramente el proyecto no resultará perfecto, habrá errores en el sistema de apoyo, podrá renunciar algún participante, el director podrá encontrar dificultades para controlar algunas fases, etc. Por eso, ¿cómo saber si al finalizar el período de prueba el programa ha sido un éxito?
Los factores de éxito hay que valorarlos, en la medida de lo posible, en función de los beneficios empresariales que esperaban obtenerse de la prueba. Algunos de estos beneficios puede que a estas alturas todavía tengan que preverse en lugar de medirse. Por ejemplo, si el ahorro en espacio de oficina es uno de los beneficios esperados del teletrabajo, hay que dejar vacantes las mesas de los teletrabajadores por si la prueba fracasa, por lo que no pueden ser imputados como ahorro durante el período de prueba. Sólo cuando el éxito ha sido asegurado en todos los demás aspectos puede convertirse en realidad ese ahorro de espacio.
No sólo hay que tener en cuenta los beneficios materiales para la empresa, también hay que considerar el efecto que la prueba ha causado en los participantes. No sirve de nada aumentar la productividad en un 50% si todos los teletrabajadores están a punto de irse de la empresa porque han acabado hartos.
Por ultimo, recalcar que independientemente de los factores que se elijan para medir el éxito del programa, se necesita un punto de referencia para evaluar los cambios, por ello, hay que medir dichos factores antes de comenzar la prueba.
b) Planificación del proyecto.
La planificación del programa completo es una tarea importante. El proyecto implicará a un gran número de personas de las cuales es importante obtener el compromiso para trabajar y cumplir plazos.
Tanto a la hora de identificar los objetivos y definir los factores de éxito como al planificar el proyecto, las empresas han de tomar la decisión de embarcarse solas en la prueba o pedir ayuda a un asesor externo. La elección dependerá de las circunstancias en que se encuentre la empresa. Sin duda, con la ayuda de un asesor se ahorrará tiempo y se minimizarán los problemas, sin embargo esto puede suponer costes externos inaceptables. Por eso, si la empresa cuenta con expertos en recursos humanos y tecnología disponible, se puede prescindir de la asesoría externa.
En el cuadro siguiente se presenta un ejemplo que podría servir de guía. La escala temporal del gráfico es arbitraria, dependerá de las circunstancias particulares de cada empresa.
CUADRO V.I. EJEMPLO DE UN PLAN DE TIEMPOS PARA EL PROYECTO PILOTO
Actividad |
Ene. |
Feb. |
Mar. |
Abr. |
May. |
Jun. |
Jul. |
Ago. |
Sep. |
Oct. |
Nov. |
Dic. |
Identificación objetivos y definición factores de éxito |
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Planificación del proyecto |
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Identificación tareas adaptables |
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Identificación perfiles profesionales |
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Definición de requisitos técnicos |
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Análisis de costes |
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Selección de los participantes y análisis de necesidades de formación |
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Diseño y elaboración del material pedagógico |
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Formación de los participantes |
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Definición formas de contacto y coordinación empresa-trabajador |
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Instalación y puesta en marcha |
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Seguimiento y evaluación |
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c) Identificación de las tareas adaptables al teletrabajo.
Es necesario evaluar el grado de adaptabilidad de cada tarea incluida en el proyecto piloto para ser realizada a distancia. Existen gran variedad de tareas en todos los niveles de una estructura organizativa empresarial, que son susceptibles de ser realizados mediante programas de teletrabajo.
La siguiente tabla recoge algunos ejemplos, clasificados en cinco grandes categorías, que ilustran la variedad de los trabajos que podrían realizarse a distancia.
TABLA V.I. ÁREAS DE TRABAJO ADECUADAS PARA EL TELETRABAJO |
Profesionales-En línea |
Agente de bolsa Analista financiero |
Profesionales-Fuera de línea |
Programador informático Analista de sistemas Directivo Diseñador Contable Traductor |
Trabajos de oficina-En línea |
Telefonista Operador de ventas por teléfono Secretaria |
Trabajos de oficina-Fuera de línea |
Operador de entrada de datos Operador de procesadores de textos |
Itinerantes |
Representante de ventas Periodista Auditor - Economistas Ingeniero de servicios Inspector |
Fuente: "El Teletrabajo: Aspectos Generales". Gray, Hodson y Gordon. |
Para estudiar las posibilidades que un trabajo concreto tiene de ser ejecutado en forma de teletrabajo se necesita evaluar los siguientes aspectos:
La siguiente tabla resume estos requisitos:
TABLA V.II. CUESTIONARIO PARA DETERMINAR LA ADAPTABILIDAD DE UN TRABAJO AL TELETRABAJO
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Si todas las respuestas son afirmativas, hay un alto índice de probabilidad de que la tarea sea apropiada para el teletrabajo. Con una o quizás dos respuestas negativas, la tarea será apropiada si se define de nuevo el contenido de la misma para que la respuesta sea afirmativa. Esto puede suponer un diseño nuevo del proceso empresarial dentro de la organización.
Un análisis del "teletrabajo tácito" que se desarrolla en la empresa puede servir de ayuda a la hora de elegir las tareas apropiadas para el teletrabajo y establecer más tarde los requisitos de las mismas. En las grandes empresas encontraremos personal que realiza ya los trabajos a distancia de una manera informal, y quizás solo los compañeros y el jefe tengan conocimiento de este trabajo. La experiencia de estos teletrabajadores tácitos puede ser de gran valía para el equipo que desarrolla el proyecto piloto.
De entre todas las tareas que se adaptan a las características del teletrabajo, debería seleccionarse solo una, o un pequeño número de trabajos del mismo campo, para incluirse en el proyecto piloto.
d) Definición de requisitos técnicos.
Una vez seleccionado el trabajo que se va a someter a la prueba, hay que identificar los requisitos necesarios para poner en funcionamiento el sistema de teletrabajo. Este sistema consistirá fundamentalmente en tecnología, telecomunicaciones e informática, e incluirá también los procesos manuales necesarios para el correcto funcionamiento de la prueba.
e) Análisis de los costes.
La mayoría de las empresas esperan que un programa de teletrabajo sea eficaz desde el punto de vista económico. A la hora de elaborar un presupuesto con los costes en que se va a incurrir, habría que considerar los siguientes puntos:
Los costes más importantes corresponden al mobiliario y equipamiento. Los trabajadores que realizan su actividad profesional en sus casas tienen las mismas necesidades que los de la oficina central, además del acceso a centros de recursos compartidos (por ejemplo para utilizar el servicio de fotocopias). Se necesita además una segunda línea de teléfono adicional para su uso laboral, y hay que tener en cuenta las nuevas líneas de la Red Digital de Servicios Integrados , y las nuevas lineas ADSL.
Además de los ya apuntados, tampoco conviene olvidarse de otros costes como los derivados de la selección de los teletrabajadores, la identificación de las tareas a realizar, la formación de los trabajadores y directivos, el diseño de las oficinas, el seguimiento y evaluación, los costes legales, etc.
f) Selección de los participantes. Análisis de las necesidades de formación.
El mensaje más importante en cuanto a la selección de los teletrabajadores es que éstos deben ser seleccionados. Un mito muy común es que los teletrabajadores son seleccionados mediante el siguiente método: el director de un futuro programa de teletrabajo se dirige a un grupo de empleados y pregunta: "¿Quién quiere trabajar en su casa?", y señala a los que han levantado el brazo. Esta estrategia es una garantía de fracaso ya que el teletrabajo no es adecuado para todos los trabajadores.
Si los teletrabajadores no han sido seleccionados de forma rigurosa, puede que necesiten sesiones de formación extra para realizar su trabajo normal, aparte de las relacionadas con la tecnología o conocimiento funcional. Los informes de trabajo son un lazo esencial entre los teletrabajadores y la organización; invertir en cursos de redacción puede ser de gran valor ya que será necesaria una buena capacidad de redacción para crear una comunicación concisa y efectiva.
Otro campo en el que conviene mejorar las habilidades de comunicación es el teléfono, que tiene un enfoque diferente cuando se utiliza como el principal sistema de comunicación (una llamada inoportuna puede ser poco profesional).
g) Formación de los participantes.
A través de la formación se prepara a los trabajadores, a los directivos y a las familias para afrontar los cambios que esta nueva forma de trabajo conlleva.
El valor de la formación en los programas de teletrabajo ha sido claramente demostrado, es uno de los factores que establece la diferencia entre el fracaso y el éxito. Es especialmente importante en la forma de teletrabajo en el domicilio, pues la composición y control del trabajo, así como los métodos de organización y comunicación, se diferencian de manera significativa de las formas típicas de una oficina central.
h) Definición de formas de contacto y coordinación empresa-trabajadores.
La idea de dirigir a un equipo de trabajadores a distancia preocupa a veces a los directivos. Estos no están seguros de cómo adaptar sus formas de trato personal a una situación a distancia y temen que desaparezca el sentimiento de pertenencia y lealtad a un equipo.
El director ha de plantearse tres cosas:
Los directivos tienen a su disposición cinco formas y momentos para comunicarse:
Existe una relación directa entre la rapidez en la comunicación y el posible efecto de interrupción de estas cinco formas de comunicación: llamar por teléfono es la forma más rápida pero la que más interrupción puede ocasionar; debería reservarse para asuntos verdaderamente urgentes. Dejar una nota en el casillero es la forma menos rápida pero que menos interrumpe al trabajador. A la hora de elegir la forma de comunicación más adecuada, el director debe ser consciente de las implicaciones de las diversas formas e intentar mantener un equilibrio entre la urgencia del mensaje y las posibles interrupciones en el teletrabajador.
Todos los métodos mencionados hasta ahora son eficaces para la transmisión entre dos personas, pero no entre una persona y un grupo de personas o entre dos grupos de personas, por ejemplo en el caso de reuniones. También carecen del elemento visual, excepto la transmisión de fotos o gráficos por fax o a través del ordenador, sistemas que no siempre están disponibles o no son completamente satisfactorios.
Los servicios de audioconferencia, multiconferencia y videoconferencia son herramientas que pueden ser de utilidad para ciertas situaciones de teletrabajo.
A pesar de todos estos avances, algunos aspectos relacionados con este servicio deben mejorar. Las señales de vídeo no pueden transmitirse por las líneas de teléfono estándar, requiriendo servicios de teléfono con un mayor ancho de banda y más costoso (la RDSI , y actualmente esta disponible la nueva tecnologia ADSL). Por otro lado, la videoconferencia no tiene todavía el mismo aspecto que los telediarios: imagen nítida, color brillante y movimiento claro; aunque la tecnología está avanzando a gran velocidad.
Existe el riesgo de querer utilizar la videoconferencia para el teletrabajo por razones erróneas. Para los directivos que quieren utilizarla para supervisar a sus teletrabajadores a distancia, la videoconferencia es inapropiada y costosa. Las utilizaciones más apropiadas están estrechamente relacionadas con aquellas tareas que requieren el elemento visual, por ejemplo un ingeniero de diseño que trabaja en el domicilio y necesita ver los fallos de lo que acaba de salir en la línea de montaje. También es útil para aquellas reuniones donde la presencia física sirva de gran ayuda, si no es esencial, y que de no ser así tendría que aplazarse hasta la visita del trabajador a la oficina.
i) Seguimiento y evaluación.
Una vez puesto en marcha el programa, debería comenzar a efectuarse un seguimiento del mismo. Este control puede tener tres efectos positivos:
La fase de control de la prueba debe durar como mínimo seis meses. Es muy probable que durante el primer o los dos primeros meses, los voluntarios estén emocionados con la oportunidad que se les presenta de participar en el proyecto de teletrabajo, lo cual favorecerá la calidad del trabajo y el buen ambiente en general. En esta etapa es aún precoz juzgar el éxito del proyecto.
Pasados unos meses esta novedad desaparecerá y los teletrabajadores empezarán a darse cuenta de las pequeñas cosas que están perdiendo al no ir a la oficina. La fuerza de este efecto será inversamente proporcional a la calidad de la formación y al apoyo que hayan recibido los teletrabajadores, quienes, en la mayoría de los casos, se adaptan pronto a la nueva forma de trabajo, solucionando a su manera los pequeños problemas.
VI. EL TELETRABAJADOR Y LA OFICINA EN CASA.
La primera imagen que nos viene a la mente cuando se habla de un teletrabajador es la de alguien trabajando en su acogedora casa, sentado en un pequeño estudio con relajantes vistas panorámicas. Se trata de la modalidad de teletrabajo desde el domicilio. Algunos afortunados teletrabajadores trabajan en estas condiciones, pero el resto lo hace en un ambiente menos idílico.
¿Quiénes son estos modernos profesionales que trabajan en el domicilio y qué tipo de trabajo suelen realizar? Desafortunadamente, la respuesta no es fácil. Por definición, el teletrabajo implica el uso de telecomunicaciones e informática. Por tanto, los usuarios que realizan su trabajo en el domicilio es más probable que lo hagan con información y no con objetos físicos. El trabajo a destajo en infames talleres, típico de la industria textil del pasado, no tiene ninguna relación con el teletrabajo de hoy.
Existen diferentes tipos de personas que trabajan en el domicilio:
Los ejemplos más típicos de esta modalidad de teletrabajo los forman los profesionales y directivos que trabajan uno o dos días a la semana en el domicilio, ya sea por la política de la empresa de reducir los tiempos de desplazamiento o simplemente porque el silencio y la tranquilidad de la casa les permite concentrarse mejor. Algunos profesionales, como analistas y programadores informáticos, realizan toda su actividad en el domicilio y visitan la oficina central muy de vez en cuando. Tareas rutinarias como el procesamiento de datos se hacen cada vez más desde los hogares ya que los avances tecnológicos lo han hecho posible.
El empleo por cuenta propia que se realiza en el domicilio plantea un problema de tipo conceptual. Muy pocos se opondrían a considerar como teletrabajadores a consultores, contables o a redactores técnicos, que realizan su actividad profesional en sus casas, siempre que utilicen medios técnicos para mantenerse en contacto con sus clientes. Pero ¿qué pasa en el caso de un escritor o de un negocio unipersonal que se lleva desde casa? Está claro que trabajan en el domicilio pero ¿se les puede considerar teletrabajadores? Probablemente no pueden ser clasificados como tales, pero el ejemplo muestra la dificultad para definir los límites del teletrabajo cuando se considera el trabajo a domicilio.
a) Razones a favor del teletrabajo a domicilio.
Los trabajadores que deciden realizar parte de la actividad profesional en sus hogares lo hacen por una o varias de las siguientes razones:
Muchos usuarios del teletrabajo utilizan el tiempo y dinero ahorrados en desplazamientos para dedicarlos al ocio. Algunos se han dado cuenta de que podían hacer ciertas tareas domésticas, como lavar los platos, durante los períodos de descanso del trabajo y así ganar tiempo libre.
La posibilidad de organizar el horario de trabajo propio puede permitir a los trabajadores encontrar tiempo para diversiones que tienen que ser disfrutadas durante un período determinado del día (por ejemplo, la práctica del golf no puede realizarse después del atardecer).
De igual forma, el teletrabajo puede permitir a los usuarios compaginar el trabajo con el cuidado de los niños o de personas mayores. En contra de lo que se piensa, el trabajo no puede realizarse al mismo tiempo que estas tareas y todo trabajador que necesite medios para el cuidado de personas cuando va a la oficina también los va a necesitar si realiza sus tareas en el domicilio. Pero el teletrabajo puede ser útil para aquellos padres que puedan acomodar su horario de trabajo respetando períodos concretos para el cuidado de los niños, como el tiempo después de la salida del colegio. En este sentido, hay ejemplos de adolescentes que llegan a casa en silencio y se ponen a hacer sus deberes sin molestar a los padres, que están trabajando en el domicilio. Y aunque sin estar al cuidado de ellos, los padres están contentos de que sus hijos no estén solos en el hogar.
b) Desventajas potenciales del teletrabajo en el domicilio.
Las más importantes son:
El aislamiento causado por la práctica del teletrabajo es considerado como el problema más importante al que tienen que hacer frente los usuarios que trabajan en el domicilio. Para solucionarlo, es aconsejable, entre otras cosas, que se estudie con detenimiento el lugar preciso de la casa en el que se va a trabajar. Este no tiene que estar totalmente aislado del mundo exterior ni de la familia, pero tampoco en un lugar donde no se pueda trabajar tranquilamente.
c) Requisitos exigidos al trabajador y su entorno.
La modalidad de teletrabajo que se está considerando, el que se realiza desde el propio domicilio, es una forma de trabajo que apenas incluye un control o supervisión de los teletrabajadores por parte de la organización, ya que éstos se encuentran físicamente en su casa y son relativamente independientes. Existen otras formas de teletrabajo, como las oficinas satélite y los centros de teletrabajo, más similares a la oficina central que a la forma de teletrabajo en el domicilio, en cuanto a la libertad e independencia permitidas, en las que es menos importante que los teletrabajadores tengan las características casi empresariales que se describen a continuación.
Los teletrabajadores que desempeñan su actividad profesional en el domicilio son, de alguna forma, empresarios, al menos durante los días que trabajan fuera de la oficina central. Toman decisiones propias, resuelven sus propios problemas y confían más en su propio juicio. Además, realizan estas tareas con un sentido de independencia y de no tener que discutir cada movimiento con un compañero o superior.
Por ello es importante considerar detenidamente los siguientes aspectos:
1. Edad del teletrabajador a domicilio:
Se suele pensar equívocamente que el teletrabajo se adapta mejor a los casos de padres que trabajan fuera y tienen niños pequeños, pero se ha comprobado que no existe una edad ideal para teletrabajar.
Hay muy pocos teletrabajadores con edades comprendidas entre los 20 y 25 años. Esto es debido a que la mayoría son solteros, pasan demasiado tiempo solos en sus pisos o apartamentos, para ellos la oficina es la principal fuente de contactos sociales y buscan ser miembro de un equipo de trabajo en una oficina. Una razón más por la que hay pocos teletrabajadores con veinte y pocos años es que este es un período de aprendizaje de la carrera profesional, y la dirección y formación que requiere se desarrolla más fácilmente si el trabajador es parte del equipo de la oficina.
También se ven pocos teletrabajadores con edades superiores a los 55 años, quizás porque a esta edad muchos han alcanzado puestos de dirección, que son menos adecuados para adaptarlos al teletrabajo. A medida que se van adquiriendo puestos de dirección se hace más difícil ser teletrabajador. La mayoría de las tareas de dirección son menos predecibles, requieren más reuniones e incluyen tareas de formación que son más difíciles de ejecutar a distancia. Como resultado, la mayoría de los directivos que trabajen en el domicilio no tendrán un programa fijo de trabajo y estarán un día aquí y otro allí, según el día de trabajo que se les presente. Pero cuidado, esto no significa que todos los que no estén en uno de estos dos grupos no son personas apropiadas para trabajar a distancia.
2. Aptitudes del teletrabajador a domicilio:
No todos los empleados tienen las características necesarias para ser teletrabajadores. Para que este tipo de trabajo tenga éxito es importante que el teletrabajador potencial posea las siguientes cualidades personales con respecto al trabajo no supervisado o supervisado a distancia:
3. Entorno familiar:
El lugar de trabajo en el domicilio debe ser adecuado para la realización de las tareas. Debe tenerse en cuenta lo siguiente:
LA OFICINA EN CASA |
EQUIPO BASICO Ordenador. Es imprescindible. De gama media. Prestaciones según el trabajo a realizar. Módem y fax. La mayoría de los módems permiten ya que el ordenador desempeñe las funciones de fax. Teléfono. Conviene disponer de una línea de teléfono propiamente dicho y otra para el módem. Impresora. De chorro de tinta y color para imprimir gráficos. Sólo para textos, una láser en blanco y negro. Tarjeta RDSI (actualmente esta disponible la nueva tecnologia ADSL). En los casos en los que se disponga de línea RDSI , ejercerá las funciones del módem. EQUIPO OPCIONAL Cámara. Para mantener videoconferencias , siempre que el interlocutor también la tenga. Almacenamiento. Como complemento al disco duro y para tener copias de seguridad. Hay distintas fórmulas. Escáner. Es inevitable si se pretende digitalizar fotografías o dibujos ya impresos. Conexión a Internet. Puede ser muy útil gracias al creciente volumen de información disponible en la red. Contestador. Evita la pérdida de mensajes de los clientes. Es menos necesario si se dispone de correo electrónico. Fuente: Gaceta Universitaria. |
4. Requisitos laborales:
Las tareas apropiadas para ser desempeñadas desde los hogares de los teletrabajadores han de tener las siguientes características:
5. Otros aspectos a considerar por el teletrabajador a domicilio:
Es muy importante que el trabajador conozca los beneficios y las desventajas que traerá consigo trabajar en su propio domicilio. Para que el teletrabajo en el domicilio tenga éxito, los teletrabajadores potenciales deberían disponer de suficiente información para decidir ellos mismos si esta singular forma de trabajo es realmente adecuada para ellos.
Es recomendable elaborar un cuestionario para que el teletrabajador potencial autovalore si cumple los criterios laborales, personales y domésticos necesarios para trabajar con éxito en su casa. Esto llevará a los que hayan considerado seriamente la posibilidad de trabajar en el domicilio a plantearse una serie de cuestiones importantes.
Algunas preguntas importantes que los posibles teletrabajadores deberían hacerse al considerar la opción de trabajar a distancia son recogidas en el cuadro que se presenta a continuación:
CUESTIONARIO
Gil Gordon Associates |
Aquellos trabajadores que contemplan la posibilidad de trabajar desde casa deberían plantearse estas cuestiones más de una vez, preferentemente con la ayuda del director, la pareja u otros miembros de la familia, incluso la de un compañero de trabajo con el que tenga confianza. Estas preguntas, simples en apariencia, deben considerarse detenidamente para evitar que se cometan errores a la hora de tomar la decisión de participar en esta nueva forma de trabajo.
No hay una respuesta única y correcta para estas diez preguntas, sin embargo, los posibles teletrabajadores deberían dar un sí rotundo al menos a siete de ellas, y mucho mejor si son nueve o diez las que obtienen respuesta afirmativa. Es muy importante asegurar que las tareas, el individuo y el ambiente familiar son apropiados para el desarrollo del teletrabajo.
Además de éstos, otros aspectos a tener en cuenta son:
VII. EXPERIENCIAS DE TELETRABAJO.
A continuación se recogen tres iniciativas que son citadas habitualmente como referencia de aplicación del teletrabajo en países de nuestro entorno:
a) Servidor Regional de Telemática
Se trata de una experiencia piloto basada en un Servidor Regional de Telemática (Programa europeo RITE, Regional Infrastructure for Teleworking) que actúa como servidor proporcionando servicios on-line de interés para la actividad económica de las regiones objeto del proyecto que eran:
Grampian, en el nordeste de Escocia (en torno a Aberdeen).
Región Egea norte, en Grecia.
Norte de Holanda (en torno a Den Helder).
Galicia, en España (en torno a Santiago de Compostela).
Una de las premisas del proyecto, corroborada en la realización del mismo, es que, en el contexto de las pequeñas empresas, el teletrabajo toma un significado diferente al del teletrabajador de una gran compañía.
El teletrabajador de la pyme (sobre todo en microempresas de menos de 10 trabajadores) no parte con las mismas facilidades que el teletrabajador de una gran empresa (acceso on-line a bases de datos corporativas, servicios de mensajería, servicios de directorio diversos, EDI, soporte técnico help-desk, servicios de asesoría, etc.), con lo que el mercado potencial para el teletrabajo en el ámbito de las pymes disminuye sensiblemente.
Por otra parte, para la pyme no resulta rentable ni viable realizar una inversión en servicios telemáticos para introducir el teletrabajo. La creación de redes de pymes alrededor de un Servidor Regional de Telemática, además de facilitar el teletrabajo en este ámbito, puede constituir la base para introducir en el sector de las pymes servicios telemáticos análogos a los que están disponibles en las grandes empresas. Sin embargo, la implantación de estas soluciones tiene una dificultad adicional derivada del hecho de que es un mundo muy fragmentado, y requiere una solución más compleja.
Los servicios del Servidor Regional de Telemática se enfocan al uso interno de las empresas, a la promoción de las mismas en el mercado mundial y al apoyo a comunidades concretas de pymes dentro de las regiones. Son los siguientes:
Directorios de personas, organizaciones, hoteles y restaurantes de cada zona.
Directorio multimedia de productos y servicios ofrecidos por las pymes implicadas.
Aplicación de gestión para que una empresa de transporte de mercancías por carretera asigne camiones a los pedidos de sus clientes, que son pequeños productores agroalimentarios. La aplicación es utilizada tanto por la empresa de transporte como por las empresas de productos agroalimentarios.
Aplicación dirigida a compañías de petróleo y gas en el extranjero, para facilitar el acceso a información sobre licitaciones.
Aplicación multimedia de visita turística virtual por las regiones.
Se han extraído las siguientes conclusiones:
La solución basada en un servidor virtual ha demostrado ser altamente adecuada para proporcionar servicios a las regiones piloto a bajo coste.
La solución tecnológica basada en la integración de sistemas sobre la World Wide Web ha demostrado ser muy efectiva y flexible.
Existe la necesidad de gestionar el compromiso entre permitir la elaboración de los contenidos de forma local por las pymes, facilitando el dinamismo en la operación de la solución y enfatizando el protagonismo de las pymes, por una parte, y la necesidad de evitar la fragmentación de los contenidos por otra.
En regiones menos familiarizadas con el uso de los servicios telemáticos, es necesario considerar planes de formación.
Mientras que el impulso inicial a la solución puede partir de la administración, existe la necesidad de crear una infraestructura comercial que implique a las pymes en la continuidad de su participación en la solución.
b) Telecottages en Highlands & Islands.
En la región de Highlands & Islands se ha llevado la implantación de cuatro centros comunitarios de servicios llamados Telecottages, cuyo objeto era poner al alcance de la comunidad local unos servicios relacionados con las tecnologías de la información y abrir nuevas oportunidades para la economía.
Los objetivos a cubrir eran:
Mejorar las infraestructuras de comunicaciones de las regiones menos desarrolladas.
Dar acceso a los agentes locales a una serie de servicios avanzados y aumentar su conocimiento sobre la disponibilidad y el uso de telecomunicaciones avanzadas.
Mejorar la formación y la situación laboral a nivel local.
Proveer acceso a facilidades compartidas como fax, fotocopiadoras, servicios on-line.
Proveer una infraestructura para el teletrabajo.
La creación de centros de este tipo coincide con las recomendaciones de la Comisión Europea para desarrollar el teletrabajo en áreas locales:
El esquema de desarrollo debería basarse en centros telemáticos a nivel de comunidad, adaptados a las necesidades concretas del área a la que van dirigidos.
Estos centros, para asegurar su viabilidad, deberían servir para propósitos múltiples e incluir otros usos, además del teletrabajo.
Su implantación debería ir precedida de proyectos piloto que respondan a necesidades de las áreas locales y deberían ser gestionados por organismos locales.
c) Servicios de secretariado del Grupo PBS.
El Grupo PBS, empresa privada que ofrecía servicios de secretariado en la Región de París, se vio obligada, ante la falta de profesionales en la zona, a encontrar otro lugar donde contratar personal de secretaría.
Para ello estableció un centro de teletrabajo en una zona rural, alejado del núcleo parisino, a pesar que sus principales clientes seguían estando en la capital. Inicialmente el servicio se prestaba utilizando los métodos habituales, el transporte físico: se enviaban por correo al centro las cintas con los dictados o mensajes de los clientes, allí se pasaban a formato texto y los documentos resultantes se devolvían también por correo ordinario.
Posteriormente se introdujo en el proceso la RDSI (actualmente esta disponible la nueva tecnologia ADSL). Los clientes utilizan un servidor de voz situado en París para dejar sus mensajes, a través de cualquier línea telefónica. Los mensajes digitalizados se transmiten electrónicamente desde el servidor hacia el centro, donde se recuperan y transcriben en ficheros de texto que son enviados al cliente haciendo uso del servicio X.400 de France Telecom.
La innovación ha supuesto una mejora en los tiempos de respuesta y una mayor satisfacción de los clientes.
VIII. EL TELETRABAJO Y EL MERCADO DE TRABAJO.
El teletrabajo obliga a revisar determinadas estructuras laborales clásicas como la oficina, así como la organización y la cultura empresarial. La difusión del trabajo a distancia supondrá, tanto para las empresas como para los sindicatos, experimentar una nueva organización productiva, establecer relaciones jerárquicas innovadoras y buscar un sistema diferente para valorar el trabajo.
Las organizaciones tienden a tener una estructura cada vez más plana, enfocada más hacia la satisfacción del cliente, en la que el trabajo de los empleados se mide por resultados tangibles. La estructura laboral en la empresa tendrá forma de trébol: parte de la producción se hará con personal propio de plantilla, parte la realizarán empresas subcontratadas (outsourcing), y otra personal independiente o consultores libres (free lances). Cualquiera de las tres hojas de este trébol se puede realizar desde la modalidad del teletrabajo.
Esta división de tareas laborales conducirá a trabajos temporales. Cambiará la naturaleza del contrato de trabajo. El trabajo tradicional o vitalicio, con sueldo fijo, tiende a constituir una parte cada vez más pequeña en los contratos laborales. Las empresas ya no premiarán las fidelidades, sino actuaciones o tareas concretas. El trabajador estará ocupado y no empleado. No existirá tanto empleo permanente y crecerá substancialmente el autoempleo, no sólo como necesidad sino también como medio de satisfacción y de realización personal.
a) Teletrabajo y flexibilidad de los salarios.
Por un lado irá desapareciendo el concepto de trabajo para toda la vida o permanente y, por otro, las retribuciones de los trabajos estarán íntimamente más relacionadas con los resultados producidos que con el salario fijo, como se entiende en la actualidad. Cada vez más se implantarán políticas de incentivos que ligarán los ingresos a los rendimientos.
Estos cambios suponen una oportunidad para los trabajadores eficientes y productivos, que verán premiado su trabajo con mayores retribuciones, pero, al mismo tiempo, representan un riesgo para los trabajadores menos cualificados, que ya no recibirán ninguna contraprestación por sus horas improductivas.
Parece por tanto evidente que teletrabajo es sinónimo de flexibilidad. Flexibilidad de salarios, en este caso. Si bien parece que dicha flexibilidad no afectará de forma generalizada, al menos a corto plazo, a todos los trabajadores, y serán únicamente los teletrabajadores los que la perciban.
b) Teletrabajo y flexibilidad espacial.
Dentro de esta tendencia a la flexibilidad en la que se enmarca al teletrabajo, hay que hacer mención a otro tipo de flexibilidad, la flexibilidad espacial. No solo por lo que se refiere al traslado desde la ciudad a las áreas urbanas, o a los cambios de localidad dentro de un mismo país, sino también a la movilidad transnacional.
Gracias al teletrabajo el hogar en muchos casos ya no tendrá que estar en el mismo país que el empleador. Muchos profesionales podrán vivir de acuerdo con su estilo de vida y elegir su país sobre la base de un sistema fiscal más favorable. Esta posibilidad llevará a que los países, igual que compiten para atraer determinadas inversiones extranjeras, lo hagan para atraer la inmigración de determinados profesionales.
c) Regulación laboral en los distintos países.
Uno de los obstáculos existentes para el desarrollo del teletrabajo, que como ya se ha apuntado puede tener un carácter transnacional, es la legislación laboral existente en los distintos países.
Efectivamente, el caso de los teletrabajadores que atraviesan fronteras no está resuelto. Pero, ¿es posible aplicar normas y reglas comunes para implantar el teletrabajo en todos los países o en bloques como la Unión Europea, el Mercosur o la NAFTA? La respuesta es sí, si los países son capaces de alcanzar acuerdos para compatibilizar las diferentes legislaciones laborales nacionales, que incluyen aspectos tales como: el pago de impuestos de un teletrabajador que desde su país trabaja para una empresa asentada en otro, licencias y vacaciones, seguros, seguros de desempleo, estrategias y políticas fiscales, etc.
Entonces, ¿sobre qué puntos concretos debería estar basada esa compatibilización de las legislaciones laborales?
Definición del concepto de teletrabajador para establecer el ámbito de aplicación de la legislación, incluyendo: si es asalariado o independiente; número de horas que debe teletrabajar para ser incluido en esta categoría; propiedad de las herramientas tecnológicas; etc.
Establecimiento del ejercicio de los derechos a la seguridad social suya y de su familia: seguro por enfermedad o invalidez, seguro de vida, jubilación.
Responsabilidad por los derechos del teletrabajador incluyendo los relativos a la seguridad social y las instancias necesarias de capacitación continua.
Protección de la privacidad y la propiedad intelectual.
Formas de control del ejercicio de derechos y deberes.
Regulación de las relaciones con la OIT y otros organismos sindicales internacionales.
d) Posibilidades que brinda el teletrabajo en la economía digital.
El teletrabajo, por sus especiales características, representa una manera efectiva de integrarse en el mercado de trabajo para aquellas personas que padecen incapacidades físicas, las madres de niños pequeños o los adultos mayores con dificultades para desplazarse.
También es una ventaja para aquéllos que trabajan para empresas situadas en otras ciudades o países, o para las parejas que deben mudarse de ciudad o país a causa del trabajo de uno de los cónyuges, ya que significa la posibilidad para el otro de seguir conservando su propio trabajo y producir a distancia.
IX. EXPECTATIVAS SOBRE EL TELETRABAJO.
Es poco probable que los factores que han motivado el desarrollo del teletrabajo desaparezcan. Los problemas de tráfico aumentarán, el respeto al medio ambiente constituirá una mayor exigencia, las empresas necesitarán incrementar su flexibilidad y competitividad, tendrán que reorganizarse y contratar a personal más cualificado, mejorar el servicio al cliente y reducir los costes fijos. Por todo ello parece probable que el teletrabajo seguirá creciendo en el futuro. Las predicciones sobre el número de trabajadores varían en gran medida dependiendo de cómo se defina el teletrabajo. De acuerdo con la definición dada en este trabajo, las cifras según previsiones , se sitúan entre los 33 millones de usuarios en Estados Unidos y 10 millones en el Reino Unido para el año 2010.
Sin embargo, no se va a producir una revolución del teletrabajo. Lo que parece más probable es un cambio, una evolución de las formas de organización laboral como consecuencia de la revolución informática. El teletrabajo pasará poco a poco a ser una forma habitual de trabajo y las diferencias entre trabajo a domicilio, en el centro de teletrabajo y en la oficina irán desapareciendo. Aparecerán formas de organización de trabajo más flexibles, menos ligadas a lugares fijos de trabajo y la práctica del teletrabajo pasará a ser socialmente aceptada.
Es probable que el número de usuarios del teletrabajo a tiempo completo se vea superado por el de aquellos usuarios ocasionales cuyo lugar principal de trabajo seguirá siendo la oficina. El trabajo a tiempo parcial en el domicilio combinado con el trabajo en el telecentro será la forma de trabajo que predominará en el futuro.
A medida que las grandes empresas se centren en su actividad principal, se producirá un aumento de la contratación y subcontratación de los servicios secundarios necesarios para la producción de la actividad principal (fenómeno conocido como outsourcing). Esto provocará un aumento del número de trabajadores independientes y de pequeñas empresas que presten servicios a las grandes con mejor calidad y a menor precio.
Se puede dar un buen número de ejemplos de servicios externos, como los servicios logísticos, los de seguridad, la mercadotecnia directa, el procesamiento de datos, y la gestión de instalaciones de todo tipo. En muchos de estos ejemplos, el teletrabajo puede ser de gran utilidad. Los servicios de procesamiento de datos y marketing directo no necesitan un lugar fijo de trabajo para ser realizados. Ello puede llevar a que el teletrabajo pase a tener un carácter transnacional.
Empresas y organizaciones se ven igualmente abocadas a lograr una mayor flexibilidad en la contratación de servicios para satisfacer las necesidades de sus clientes. Ello significa horarios de apertura más largos y una mayor capacidad para hacer frente a los altibajos de la demanda. La flexibilidad puede conseguirse mediante contratos de media jornada y el empleo de trabajadores temporales. Esto conlleva al uso de contratos laborales más flexibles como pueden ser los contratos de trabajo compartido, contratos de prácticas a estudiantes y contratos de teletrabajadores.
El concepto mismo de lo que es una oficina también está cambiando. Las oficinas tradicionales se utilizarán de forma más flexible. Se instalarán oficinas en las que los puestos de trabajo y los despachos no tendrán un único propietario u ocupante y los que las utilicen tendrán acceso a recursos compartidos como teléfonos, terminales, salas de reunión, salas de estar o salas de recreo.
Estos cambios se apoyarán en los avances en la tecnología de las comunicaciones y en la informática. Los servicios centralizados de las empresas, como los equipos de oficinistas que realizaban tareas varias de oficina, se han visto reemplazados por los procesadores y editores de textos y por el correo electrónico, medios técnicos que facilitan la descentralización. Las nuevas herramientas de gestión permitirán la formación de grupos de trabajo con personal situado en lugares separados y con diferentes horarios. Por otro lado, los medios de telecomunicación que utilizan el vídeo son cada vez más asequibles, y permiten eliminar la barrera visual de las comunicaciones tradicionales.
La capacidad de las telecomunicaciones seguirá incrementándose, lo que permitirá la transmisión de más información y a mayor velocidad de un punto a otro. Al mismo tiempo, los costes de las comunicaciones se están reduciendo y la distancia ya no es importante en el coste de las comunicaciones. La información que se transmite por medios digitales no tiene peso, y a diferencia del transporte de documentos impresos o de personas, la transmisión de una mayor cantidad de información no supone coste adicional.
Estos avances tecnológicos hacen posible la aparición de nuevas estructuras organizativas basadas en el teletrabajo. A este tipo de empresas formadas por redes de teletrabajadores se las denomina "empresas virtuales". Cada vez son más numerosas y ello se debe, al menos en parte, a la tendencia de las grandes empresas a recurrir a empresas de servicios independientes para realizar trabajos secundarios respecto a su negocio principal.
También es probable la creación de empresas virtuales a través de fusiones entre empresas, para satisfacer necesidades específicas de los clientes. Esto es ya una realidad en sectores como el de la venta de alimentos, en el que los grandes almacenes están conectados electrónicamente a sus proveedores a través del intercambio electrónico de datos (EDI). Los sistemas de producción "puntuales" constituyen otro ejemplo de las estrechas relaciones que se pueden establecer entre diferentes organizaciones.
A medida que el teletrabajo y la sociedad continúen experimentando cambios de este tipo, aparecerán, sin duda, nuevos lugares para el desarrollo de la actividad profesional. Así, es probable que en las zonas rurales se creen "telealdeas" donde los trabajadores puedan vivir y trabajar. Estos centros, que se crearán a partir del concepto de telecentros en medios rurales, contribuirán a solucionar el problema de la vivienda en las grandes ciudades y del desempleo en las zonas rurales, así como a conservar el medio ambiente y mejorar la calidad de vida.
En las ciudades se contempla la aparición de los "telepuertos", ciudades dentro de las ciudades que harán la función de ejes de la red global de información. Estos centros, lógica extensión de los edificios inteligentes, suministrarán todo lo que precisa la comunidad urbana de usuarios de la información. La gente comerá, dormirá y trabajará dentro de los límites del telepuerto, lejos de los problemas ambientales de las ciudades.
Los ordenadores y los medios de comunicación portátiles, más potentes y pequeños, harán más fácil el desempeño de la actividad profesional donde y cuando se quiera: en la oficina, en el coche, en el telecentro, en el hotel o en el domicilio.
Pero ninguna visión de futuro puede olvidarse de las tendencias demográficas. La disminución del índice de natalidad que siguió al baby boom está teniendo sus consecuencias en la pirámide de edad de la población. El efecto más significativo está siendo la escasez de empleados jóvenes durante los noventa. Como consecuencia, el trabajo tendrá que adaptarse a la evolución de las circunstancias de los teletrabajadores, y será necesario el desarrollo de una organización del trabajo más flexible, y aquí, de nuevo, vuelve a aparecer el teletrabajo como posible solución.
X. CONCLUSIONES.
ANEXO: DATOS ESTADÍSTICOS SOBRE EL TELETRABAJO.
El obtener datos estadísticos y estimaciones fidedignas sobre la incidencia real del teletrabajo en los distintos países del mundo presenta serias dificultades. Esto es debido en parte a las diferentes definiciones de teletrabajo usadas por los distintos autores y también a los distintos métodos empleados para llevar a cabo las encuestas y las estimaciones. La realidad que se percibe de las estadísticas tan confusas que existen actualmente es que hay mucha más gente que practica el teletrabajo, en alguna de sus modalidades, de la que se reconoce.
a) Informe SW2000 Teleworking Studies.
El Instituto de la Economía Alemana (IWD) difundió un breve informe que a su vez recoge datos del estudio SW2000 de febrero de 1998, realizado por la OCDE.
Dicho informe señala que "el teletrabajo, que según los expertos llegará a convertirse en el nuevo oficio del siglo XXI, se está abriendo paso en importantes sectores de la economía relacionados fundamentalmente con los servicios. La rápida expansión de las tecnologías de la información hace prever que en el futuro aumente considerablemente el número de personas que realicen su actividad sin necesidad de acudir a un lugar fijo de trabajo y que estarán conectadas con sus empresas a través de un ordenador personal, el correo electrónico o Internet".
TABLA A.1. EL TELETRABAJO EN EL MUNDO: 1997
| ||
País |
Nº puestos de trabajo (en miles) |
% población activa |
EE.UU |
11.100 |
7,1% |
Reino Unido |
4.000 |
15,0% |
Canadá |
1.000 |
8,5% |
Alemania |
800 |
2,4% |
Suecia |
400 |
10,3% |
Finlandia |
300 |
13,6% |
Francia |
300 |
1,3% |
Noruega |
250 |
11,4% |
Países Bajos |
140 |
1,9% |
España |
100 |
0,8% |
Italia |
100 |
0,5% |
Irlanda |
40 |
2,9% |
Portugal |
30 |
0,7% |
Bélgica |
20 |
0,5% |
Grecia |
20 |
0,5% |
Austria |
20 |
0,5% |
Dinamarca |
10 |
0,4% |
Fuente: SW2000 Teleworking Studies. |
Como se desprende de la tabla, el Reino Unido contaba en 1997 con 4 millones de teletrabajadores, el equivalente a un 15% de su población activa. En Finlandia esta forma de trabajo la realizaba un 13,6% de su población activa, en Noruega un 11,4% y en Suecia un 10,3%. Con ello, los países escandinavos de Europa junto con Gran Bretaña se sitúan a la cabeza del teletrabajo en el mundo industrializado. En los Estados Unidos había el pasado año más de 11 millones de teletrabajadores que representaban el 8,5% de su población activa. Canadá se situaba en un 7,1%. En el resto de los países las cifras eran mucho más bajas.
b) Proyecto Europeo TELDET (Telework Developments and Trends) de la DGXIII-B de la UE.
Estos datos podemos compararlos con los obtenidos en un estudio anterior sobre el Estado de Situación del Teletrabajo en Europa realizado en 1994 y conocido como Proyecto TELDET.
Según los resultados de las encuestas llevadas a cabo en 1994 en el marco de dicho proyecto, la penetración del teletrabajo en las organizaciones europeas se sitúa en torno al 5% y el número de teletrabajadores en los cinco países más grandes de la UE -Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y España- era aproximadamente 1,1 millones. Al extrapolar esta cifra al conjunto de la UE se llega a un total de 1,25 millones de teletrabajadores.
El Reino Unido y Francia eran en 1994 los países con el nivel más alto de penetración del teletrabajo en las organizaciones, donde aproximadamente el 7% de las mismas practicaba el teletrabajo.
Siguiendo con el resumen de los resultados obtenidos en este estudio, decir que en cifras absolutas de teletrabajadores, el Reino Unido ocupaba el primer lugar con 560.000 teletrabajadores, seguido por Francia, con unos 215.000. Italia y España, así como Alemania, estaban en la fase inicial de difusión del teletrabajo.
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DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE MÁLAGA. Algo más sobre teletrabajo. "Cajón de Sastre".
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GATES, B. (1995). Camino al futuro. McGraw-Hill, Madrid.
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TELEWORK SPAIN . Agrupación pro-uso de medios telemáticos . (1996 hasta la fecha ). Existe en este foro abierto , una seccion interactiva de consultas y una lista de distribucion.
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